Las palomitas hacen frente a la publicidad en el cine

Desde hace más de cincuenta años el cine se ha convertido en una vía de escape para cada uno de nosotros. Un negocio que siempre ha venido acompañado del placer de comer palomitas durante la proyección de la cinta y que aún perdura en nuestras salas.

Publicidad y cine

Lo que no se sabía hasta ahora es la capacidad que tiene ese simple y cotidiano gesto sobre la publicidad proyectada antes de que comience una película.

Según un estudio de la Universidad de Colonia, en Alemania, se ha descubierto que “masticar interrumpe el lenguaje subliminal que se transmite cuando se proyecta un anuncio”. Aunque de bien es sabido que la publicidad no ha encontrado en el cine un aliado tan fiel como lo son las redes sociales en Internet, y lo único, y repetitivo en ocasiones, son los spots que utilizan muchas marcas para contrastar o demostrar características de su producto y que luego son publicadas directamente en formato televisivo.

Un ejemplo de ellos son los spots de Coca-Cola Zero:

O también una promoción que lanzó la marca de cerveza Carlsberg en los cines Kinépolis de Bruselas y que fue difundida como viral en Internet:

¿Estamos entonces ante el único tipo de publicidad que funcionaría en este entorno?

El estudio citaba que las personas que comían palomitas anulaban su diálogo interno, por lo cual en lo que en una situación normal las personas prestarían atención a la pronunciación y al nombre de la persona o producto, comiendo este tipo de alimentos se creaba una distracción.

Una de las pruebas para la investigación fue la proyección de seis spots a diferentes personas, muchas de ellas con palomitas, sobre tres ONG y tres lociones hidratantes.

A cada una de esas personas se le había regalado una cierta cantidad de dinero para invertir en los productos que se proyectaran al salir de la sala. La conclusión fue que las personas que habían comido palomitas habían elegido los productos al azar sin justificación alguna, mientras que los que no habían comido nada habían prestado la suficiente atención y sabían y argumentaban el porqué de la elección de los productos.

¿Podría significar esto el fin de las palomitas y dulces en las salas?

Algo que sí es seguro es que en un futuro los posibles encargados de una marca podrían prohibir el suministro de este tipo de alimentos antes de entrar en una de las sesiones.

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