De marca blanca a marca estrella
Las marcas de distribuidor (MDD) han experimentado un proceso de crecimiento constante, sumando cuota de mercado en la mayoría de categorías de productos, incrementando notablemente su presencia en la cesta de la compra y ganándose la confianza de los consumidores.
La coyuntura económica convierte a las MDD en la mejor opción de ahorro para unos consumidores más sensibles al precio y profesionalizados en la toma de decisiones de compra y consumo.
Las MDD han demostrado ser un fenómeno competitivo, serio y duradero, en parte gracias a haberse dado cuenta de que, ante todo, son marcas, y por tanto siendo conscientes de ello es como deben gestionar sus estrategias de posicionamiento y esfuerzos comunicacionales.
La MDD ha mejorado su presentación y la calidad de sus productos y ha invertido en estrategias de comunicación y publicidad para dotar a su cartera de una imagen de marca. En general, la MDD ofrece al consumidor puede ser una marca propia o privada que gestiona el distribuidor la misma marca de la enseña (marca de cadena).
Las marcas blancas
Popularmente la MDD se conoce como marca blanca por extensión de aquellos productos que se presentaban con un envase en un solo color y con la denominación genérica del producto en la etiqueta en lo que sería la primera generación de productos de MDD. El concepto ha sido definido en Wikipedia por los alumnos de la Licenciatura en Publicidad y RR.PP. de la Universidad de Alicante.
Hoy en día, las MDD procuran encontrar y comunicar sus ventajas diferenciales no sólo en el terreno en el que tradicionalmente han competido (el precio), sino también en otros beneficios o propuestas de valor para el consumidor que hasta hace un tiempo parecían exclusivos de las marcas de fabricante.
Los cosméticos Cien de Lidl
Un ejemplo de la sofisticación que han alcanzado las MDD es la marca de cosméticos Cien, de la enseña de distribución Lidl.
Desde que el ranking de la OCU situara a la crema Q10 de Cien (marca blanca de cosméticos de Lidl) como la mejor antiarrugas del mercado, con mejores resultados que otra crema de marca 30 veces más cara, sus ventas se han disparado, hasta tal punto que en verano de 2014 se agotó en las tiendas.
Desde entonces, la inversión publicitaria de Lidl para comunicar sus productos de cosmética se ha multiplicado e incluso estos días han presentado su nueva campaña publicitaria protagonizada por la figura de una prescriptora: Anne Igartiburu.