CECI: objetivos del storytelling
Storytelling es, sin duda, una de las palabras de moda hoy en día en comunicación persuasiva. Toda marca ansía contar historias que conecten con el público destinatario y/o aportar contenidos, a través de las mismas, que le resulten interesantes.
Y es que el storytelling, bien utilizado, va a permitir a la marca practicar una comunicación experiencial que va a generar lo que hemos llamado CECI: curiosidad, empatía, confianza e influencia.

La curiosidad es el primer estadio a la hora de captar la atención del usuario. No olvidemos que vivimos en la economía de la atención, un bien escaso difícil de conseguir entre la infinidad de impactos que recibimos a diario. Sin embargo, a pesar a la saturación publicitaria, si una historia resulta experienciable para el usuario va a generar esa curiosidad con la que se inicia todo el proceso.
La empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos de otra persona. Como paso siguiente a la curiosidad, resulta fundamental generar esa sensación de dejà vu en el usuario: eso es verdad, eso me ha pasado a mí. Porque sólo cuando le damos al usuario la posibilidad de sumergirse en la historia publicitaria y vivir/pensar/sentir como lo hacen sus protagonistas la marca será capaz de alcanzar el tercer estadio: la confianza.
La confianza hace que nos sintamos tranquilos, a salvo, a gusto con algo. Y si creemos lo que nos está contando la marca, aunque seamos conscientes de que detrás de esa comunicación experiencial hay unos objetivos comunicativos y de marketing, confiaremos en el buen hacer y en la profesionalidad de la marca y/o en lo que nos está diciendo a propósito de las ventajas y/o beneficios de su producto o marca a través de una historia.
Por último, curiosidad, empatía y confianza llevan a la influencia: qué queremos que el usuario piense, sienta o haga. Es decir, los objetivos de la creación publicitaria a través de una historia experienciable que convierte a la marca en una marca útil para el usuario.